FolkWorld #48 07/2012
© Pío Fernández

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Sobre el Futuro del Folk en España

En el anterior número de FolkWorld, Ángel GOYANES nos hablaba sobre el pasado y el presente de la música folk en España.[47] Veamos cual puede ser el futuro que nos espera a partir de este verano de 2012, con una crisis que sigue dificultando la economía, el empleo, la cultura, el arte,…

PRESENTE Y FUTURO

¿Qué iniciativas te han sorprendido de manera más positiva recientemente?

Entre lo más positivo que he visto recientemente, me ha gustado e intento apoyar la iniciativa de Radio Crónica Folk Musical (RCFM) de unificar en una sola emisora por internet a todos los programas de radio dedicados al folk nacional que actualmente están dispersos por la red. Es una iniciativa por la renovación.

Por otro lado, veo que los músicos más implicados profesionalmente llevan ya tiempo cambiando la mentalidad del mercado musical anterior y se han puesto a trabajar con nuevos objetivos, y parece que con energías renovadas.

Y toda iniciativa relacionada con la formación me parece interesante, pues la demanda de ésta no depende tanto de las expectativas profesionales de los alumnos, como de su simple deseo de aprender a tocar instrumentos tradicionales, o bailes populares… lo cual no está reñido con la crisis actual, más bien al contrario. Aunque la situación económica personal sí influya. En todo caso, espero que surjan muchas más iniciativas y mucho más creativas e imaginativas, pues la situación real lo requiere.

¿Qué festivales de música folk recomendarías en 2012 a alguien que quiera conocer la música folk que se hace en nuestro entorno próximo?

Ángel GOYANES playing Cittern

Todos, pues cada festival tiene una personalidad muy definida en torno a una tierra, o a un tipo de propuestas. Tal vez el más abierto y ecléctico, además de disponer de un entorno envidiable, es el Folk Segovia, escaparate de lujo para los aficionados. En Barcelona estaría el Tradicionarius, integrado en el Barrio de Grácia, todo un lujo también. Y Los Viernes de la Tradición (San Sebastián de los Reyes, Madrid) sigue siendo la ocasión de tener a mano a grandes artistas y nombres del folk, de forma gratuíta en inmediata, algo que es un auténtico privilegio.

En Portugal se mantiene Sendim, gracias a su proyecto de autogestión y autofinanciación, pero resaltaría el cada vez mayor número de pequeños encuentros que se hacen en muchas localidades.

¿Qué visión tienes sobre el futuro próximo del folk en España? ¿Qué nuevas tendencias percibes? ¿Qué cosas crees que están cambiando, o se podrían mejorar? Percibo de momento que muchos proyectos y grupos están echando el cierre por falta absoluta de perspectivas. De ahí la necesidad tal vez de cambiar la mentalidad, de rebajar expectativas económicas y de pelear por abrir y mantener espacios para la música en directo, sin dejar por ello de editar nuevos discos y grabaciones con una calidad mínima y un trabajo en torno a las músicas de nuestras tierras y culturas.

Entre las novedades más llamativas de esta época, está el fenómeno de los “festivales-concurso”, que sustituyen la fórmula tradicional del pago con caché por una muestra de actuaciones de diversos participantes, premiando al/los ganadores con cantidades que antiguamente hubieran sido -como mucho- su caché habitual, y compensando a los no ganadores con pequeñas cantidades para sufragar los gastos de desplazamiento. Este es un paso seguramente necesario para la subsistencia de los encuentros, pero basado en no remunerar el trabajo de los músicos, lo que hará que los festivales se pueblen de grupos amateur y que los grupos profesionales tengan que buscar otras salidas. En algunos casos se reserva parte del presupuesto para contratar a un grupo profesional, y de esta forma, mezclar todo para sacar un cartel más atractivo. Bien, es una fórmula mejor que el cierre, pero no sé qué recorrido tendrá.

En lo peor, citaría igualmente la falta de apuesta por los propios proyectos en cuanto las cosas vienen mal dadas. Hay que pelear, insistir, invertir y dedicar esfuerzo e ilusión, no anclarse en el pesimismo. La nota positiva la darían los festivales que se mantienen, a base de reciclarse y de reorientarse; los músicos y grupos que siguen trabajando; los talleres de luthería que siguen recibiendo pedidos; los cursos que siguen llenándose de alumnos… Apostar por la música propia es apostar por algo real y seguro.

¿Qué aspectos piensas que están cambiando en el mundo del folk en España después de las elecciones generales de Noviembre del 2011?

No he percibido un especial recorte en los medios de comunicación, porque de por sí nunca fue muy significativo. Lo poco que había no sé si lo sigue habiendo. En la subvención de festivales sí que se aprecia un gran recorte, aunque no diría que venga sólo desde las elecciones, sino que es algo que lleva ya más tiempo notándose.

Habrá que ver qué pasa con los medios de comunicación más locales o regionales, dependientes de las comunidades autónomas que eran los que más atención prestaban a sus músicas locales, y que ahora se verán más afectado por los posibles recortes.

SOBRE INTERFOLK

¿Cuándo y cómo empezó vuestra revista Interfolk?

Nació a finales de 1998, a propuesta de una editorial que yo conocía y que quería apostar por una publicación nueva, y a la que propuse hacer una revista de música folk, a la que era un gran aficionado. Les pareció una idea interesante, y propuse la dirección de contenidos a Antonio Álvarez, director de la extinta revista Ghaita. Tratamos de involucrar igualmente a responsables de otras publicaciones que tampoco estaban operativas, pero finalmente el proyecto arrancó con Antonio Álvarez y conmigo en la parte de redacción, y esta editorial en la de producción. A partir del nº 2 Antonio Álvarez abandona el proyecto y me encargo en solitario de la dirección de los contenidos desde entonces, centrando la propuesta en la música folk de procedencia nacional, española, de todas las regiones y comunidades por igual.

Ángel GOYANES

¿Qué os motivaba en aquel momento para empezar con esta revista?

No había publicaciones estables, las escasas eran muy difíciles de conseguir… No había internet, la información llegaba por otros cauces… mi afición por estas músicas me hacía echar de menos una publicación que centrara los contenidos. Y por otro lado, el hecho en sí de participar en una revista cultural era algo muy atractivo para mí.

¿Qué otras publicaciones sobre música fueron vuestra referencia o modelo a seguir?

Las pocas que había fueron referencias a tener en cuenta, pero nos hemos mirado más en publicaciones de carácter general, sobre todo en cuanto a diseño, formato, presentación, estructura… Las publicaciones del sector nos han guiado más en cuanto al fondo y los contenidos.

¿Cuál ha sido la progresión de la revista desde su comienzo?

Podríamos hablar de un inicio espectacular, consiguiendo cientos de suscriptores antes de sacar el primer número, gracias al mailing que hicimos apoyándonos en el catálogo de la editorial discográfica Arpa Folk (posteriormente Resistencia). Luego el boca a boca fue funcionando, y con la llegada de internet pudimos tener ya un escaparate permanente. En todo caso, ese apoyo inicial fue decisivo. Desde entonces podemos hablar de una progresión ascendente mucho más suave, pero constante. Últimamente, con todo esto de la crisis, la cosa está más o menos estancada en un nivel suficiente para seguir funcioando. Crecemos lentamente, pero los baches son también muy suaves. En este sentido, podemos hablar de mucha estabilidad en nuestra base de lectores.

¿Qué cuatro artículos/entrevistas/CDs… te gustaría destacar especialmente de los publicados hasta la fecha en Interfolk?

Entrevistas: Hevia antes de ser conocido o Quique Almendros, poco antes de su enfermedad, por lo que tienen de anecdótico, pero en contenido hay muchas muy interesantes. Hemos tenido excelentes colaboraciones en reportajes de fondo (la relación entre la música clásica y música folk / Las reglas secretas de las Irish jam sessions / la historia particular del folk reciente en cada región…) en temas que no tendrían cabida en casi ninguna otra publicación. Hemos tenido visiones muy personales de los instrumentos que hemos recogido: no simples visiones generales, sino opiniones particulares de determinados invitados sobre el instrumento elegido, y en algunos casos, no exentas de polémicas. Hemos abierto una ventana casi inédita a los grupos folk de Portugal, que mantenemos contra viento y marea.

En cuanto a los CD, destacaría algunas producciones realizadas a iniciativa nuestra (Rafa Pacha, Trifolium, Corbett & Traver…) que de otra forma no se habrían editado; y destacaría también a los grupos portugueses que hemos editado, que de otra forma tampoco serían conocidos entre los aficionados españoles (Pe na Terra, Toques do Caramulo…)

¿Cómo valoráis el momento actual de la revista?

Es un momento difícil, en el que se mantiene casi intacto el apoyo de los suscriptores (que además no dejan de crecer), pero se está resintiendo mucho el apoyo publicitario de los grupos sobre todo. Invertir en publicidad en Interfolk supone un gasto casi insignificante y una inversión muy rentable, pero no siempre lo entienden así los interesados. La promoción en Interfolk para los músicos es muy beneficiosa, y el apoyo publicitario para la revista es esencial. Es una relación de “gana-gana” que no se debería perder, y en ello estamos por nuestra parte.

¿Cómo ves desde Interfolk la coexistencia/competencia con las publicaciones en internet? ¿Cabe la posibilidad de un formato de Interfolk solo en internet?

Ángel GOYANES playing Cittern

Podría existir, aunque creo que de forma diferente a como es actualmente. En cuanto a la competencia, no creo que la dispersión fuese buena, sería más interesante unir fuerzas en un gran portal sobre estas músicas, sin duda. De momento no lo contemplamos, y creemos que a la mayor parte de nuestros lectores les sigue entusiasmando abrir el buzón y encontrar una nueva entrega de la revista.

Creemos que internet aporta una avalancha de miles de informaciones sin filtrar ni verficar, pero que se quedan siempre en datos superficiales. Frente a ello, una revista como Interfolk pretende hacer de filtro, de selección y de profundización de contenidos, así como de una permanencia y estabilidad que no se pierda en el desagüe de las “papeleras de reciclaje”.

Aparte de vuestra experiencia con Interfolk ¿Qué tipo de tendencia de cambio veis en este momento en el mundo de las publicaciones en papel sobre música folk en España?

Apenas tenemos referencias, las escasas publicaciones que existen no muestras mucho interés en compartir sinergias, y en algunos casos están sujetas mediante presupuestos públicos, por lo que van más dirigidas a un mercado más interior. Fuera de España la cosa está bastante dispersa, pero creo que las publicaciones que resisten son de una mayor envergadura que la nuestra, y por tanto, han de acudir de forma casi desesperada a muchas vías alternativas a la simple publicación en papel. En este sentido, ser pequeños puede ser una ventaja.

¿Algo más que quieras decir a los lectores de FolkWorld?

Quisiera invitar a los aficionados a descubrir la música folk que se hace en España, pues partimos de una base nacida del cruce de muchas culturas, y que tiene una excelente salud y un gran riqueza y variedad. España es la tierra del ritmo por excelencia, algo que se aprecia en todos los géneros musicales que tienen aquí su origen (jazz, folk, clásica…), y asistir a un concierto de un grupo folk español es presenciar una explosión de ritmos y sabores.

En Interfolk buscamos profundizar en el trabajo maravilloso que están haciendo innumerables músicos y grupos, para que no pase desapercibido. Para ello tratamos de elaborar una información bien trabajada, que no se quede sólo en las superficiales notas de prensa que se repiten una y otra vez en multitud de páginas web, donde existe muy poca información sobre todo esto.

Tal vez no hayamos sabido o no hayamos querido incluirnos en las etiquetas comerciales de la world music, pero como dijo Mayalde en un concierto, tendríamos que ser negros y actuar en taparrabos, para que reconocieran que somos étnicos.


Photo Credits: (1)-(2) Ángel GOYANES (unknown).


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